Tuesday, October 26, 2010

Saturday, October 23, 2010

Lo he pensado bien...



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Saturday, October 16, 2010

History of The Evolution of Man



Me he desprendido de mi piel y he alcanzado el éxtasis supremo;  me he liberado de mi cuerpo y todos sus sufrimientos;   soy un nuevo SER... pura energía... y, como Tron...,  no tengo ya límites...,   puedo viajar tan rápido como la luz y difrutar de todos los universos virtuales de Internet.

Qué lejos estoy de mis primitivos antepasados que necesitaban comer, dormir, hacer el amor e ir al baño!!!”
  
Gurugalactic
  
Poeta  (Kriptón S.XXX)
Oda al Hombre Nuevo.  Cántico 25*




* Bajado por Matt de Time Machine el 16 de octubre de 2010
** Nota:  En el S.XXX los seres humanos han abandonado definitivamente la Tierra y viven felizmente en Kriptón. 


Tuesday, October 12, 2010

Alphaville









La extraña aventura de Lemmy Caution  ...y su maravillosa respuesta al interrogatorio de Alpha 60.

Monday, October 11, 2010

Vivo en Internet


      Soy Feliz  :)
      Soy Virtual!!                          


  • El gran milagro de Internet:  Todos Conectados
  • Hemos evolucionado a un estado superior...?
  • Pero... Porqué no hay nadie disponible para ir a tomar un café?
  • Porqué encuentro en Internet todo lo que necesito y en mi realidad inmediata no?


Muchas de éstas respuestas las podréis encontrar en el artículo de Joan,  Los Últimos Pura Sangre.  Una reflexión increíblemente lúcida y llena de humor sobre un gran cambio epistemológico en nuestras vidas:  Internet.  Creo que es algo que todos deberíamos leer... 
Para cuestionarnos un poco hacia donde vamos y... porque nos afecta a todos.

Llevaba tiempo pensando en cómo podría hablar del ensayo de Joan,  porque su lectura coinde con una serie de preguntas que me vengo haciendo,  al observar los cambios que se están produciendo en mi vida y en la de los demás.  Porqué me resulta más fácil charlar con uno de Rusia que con mi vecino?  Porqué la gente se comunica mejor a través de Internet que en la vida real?
Y un día,  saliendo del Mercadona,  me vino ésta idea...   Soy Feliz!  Soy Virtual!
Es mi nueva realidad.  Y vivo en la sociedad 4.0 que describe Joan.

Antes era un Pura Sangre...  Durante años le declaré una guerra abierta a la tecnología,  desde mi óptica de pintor,  porque veía que el avance desenfrenado de las nuevas tecnologías,  no le producía necesariamente más felicidad a la gente.  La gente está cada vez más sola.  Y cada vez es más sofisticado y complicado hacer cualquier cosa.
Cuando visito casas de amigos, me sorprende la enorme cantidad de aparatos que hay, de cables... Más de uno compra un nuevo televisor y necesita a un técnico para que le ayude a encenderlo.  Son tantas las opciones... 
Estoy convencido que de la misma manera que utilizamos una mínima parte de nuestro cerebro, muchos de nosotros utilizamos solo una mínima parte de las mútiples posibilidades que nos ofrecen los diferentes aparatos que compramos.  Pero estamos fascinados...
Y es la gente mayor la que lo lleva peor...
Suelo decir a menudo que vengo de la época en que los teléfonos solo servían para hablar.  Hoy en día puedes comprar cualquier cosa con ellos,  enterarte del curso de las acciones,  incluso hacer sexo.

En una de mis clases de taichi,  mi buen amigo Felipe hizo un comentario que me partió de risa:  Ya verás... en el futuro irá caminando una persona por la calle,  y cuando alguien le pregunte la hora,  ésta temblará y saltará horrorizada ante tal agresión... y se irá corriendo... (jajaja... lamentablemente es imposible repetir aquí el gesto tan gracioso que hizo,  haciendo vibrar los labios,  como si le diera un escalofrío...).  En el futuro?

Otra del estilo.  Un restaurante en Suiza,  con un amigo y otro invitado,  un brillante y guapo informático,  impecable,  todo de diseño él... pero que no hablaba.  Pensé que era tímido.  La mayoría de los cerebritos los son.  Así que le hice algunas preguntas para romper el hielo.  Perdí mi tiempo.  Las respuestas eran tan escuetas y sin interés (como bits),  que comprendí que no tenía ningún interés en comunicar,  que nada de lo que hablábamos el otro y yo le interesaba,  y prefería seguir encerrado en su mundo (entonces pensé... para qué vino?).  Aburrido,  decidí no darle importancia al tema,  y me dediqué a disfrutar de la comida,  que por cierto,  en Suiza,  es muy buena... Bienvenidos al planeta de los zombies...

Obviamente,  habrá ocasiones en que es evidente que es más interesante mandarle mensajitos a la novia,  que escuchar los inútiles cotilleos de la gente que te rodea.  Pero creo que queda claro que no me refiero a eso.

Más zombies.  En una cafetería con mi querida amiga Beatriz.  Un lugar lleno de gente y sin más remedio que sentarnos en la peor mesa.  De saleros.  Llega la camarera a tomar la orden.  Yo pido una caña y Bea un café con leche.  La camarera sonríe complaciente y nos indica que ha captado el mensaje.  Vuelve al cabo de un rato,  me pone mi cerveza y a Beatriz le pone una coca cola,  y se marcha felizmente,  satisfecha por haber cumplido con su trabajo.  Bea y yo nos miramos... Y me dice muy preocupada:  Es que no lo entiendo... Son ellos ó soy yo...??? ...carcajada.

Son ellos ó soy yo?  Interesante pregunta.  Yo cada vez entiendo menos los extraños comportamientos y reacciones de la gente.  Uno muy preocupante es que cuando intento tener un gesto amable con alguien,  hacerle algún cumplido,  lanzarle una flor ó decirle algo bonito para alegrarle el día,  no es que no me lo agradezca  (me da igual...  lo hago por simple gusto),  sino que la persona me mira completamente extrañada,  como si le hubiera dicho algo terrible,  y luego desaparece por completo de mi vida.  No sé porqué,  pero me recuerda al que le piden la hora,  de Felipe.

Y una última que tampoco entiendo...
Antes llegabas a casa de alguien y le decías:  qué casa más bonita!  Y la persona,  contenta por el cumplido,  te respondía:  gracias.
Hoy les dices lo mismo y te responden:  sí,  ó...  sí ya lo creo...  (pienso que debe ser porque están convencidos que se merecen tenerla,  porque han trabajado mucho...).

Alguien me puede decir que nos está pasando?

El personaje de Louis,  del ensayo de Joan,  me ha recordado mucho al personaje principal de Alphaville (1965),  esa increíble obra maestra de Godard que,  como otros,  se anticipó a lo que estamos viviendo.  El periodista Ivan Johnson llega a la ciudad de Alphaville siguiendo la pista del profesor Von Braun,  el creador de Alpha 60,  la máquina que comanda la vida mental de los habitantes de la ciudad.  Inmediatamente le asignan una acompañante para que su estancia en Alphaville sea más agradable.  Una chica muy guapa,  inteligente y sofisticada,  que habla poco y está dispuesta a complacerle en todo lo que él desee.  Pero él,  en vez de aprovecharse vulgarmente de la situación,  está muy intrigado por aquel ser tan extraño,  y empieza a inquietarse verdaderamente por ella.  Entonces le hace algunas preguntas:  Qué es para tí la poesía?  Qué es para tí el amor?  Qué sientes por mí?
La chica lo escucha como quien escucha la radio.  Con la mirada perdida en el vacío.  Y sin entender absolutamente nada.  Tampoco entiende porqué aquel hombre le tira tanto rollo y no se limita a disfrutar de sus encantos (una postura muy moderna...).  Será gay...?  Entonces tengo que hablar con el jefe para que le mande al XXX025... seguro que disfrutará más...

Como este personaje y Louis,  he intentado resistir durante mucho tiempo a lo que me rodea.  Convencido de que no iba por buen camino.  Hasta que un día Pierre me instaló mi primer ordenador.  Una verdadera obra de arte hecha con partes de ordenadores viejos.  Pierre es un artista...  Al principio solo lo usaba para el correo,  porque me ayudaba a sentir más cerca de mis amigos y de mi familia.  Hoy,  no puedo vivir sin Internet.  Me sentiría terriblemente aislado...

Formo parte de algo que no acabo de comprender.  Y no quisiera que Internet acabara,  como Alpha 60,  controlando nuestras vidas...,  adueñándose de nuestra intimidad y haciéndonos perder todo el contacto con la realidad.  Pero éste es el mundo en el que me ha tocado vivir y,  como cualquier ser humano,  tengo la necesidad de comunicar con mis semejantes.  Así que he acabado por rendirme,  a pesar de que hay muchas cosas que no comparto (si no puedes contra ellos,  únete a ellos...)  y me uno a la Sinfonía de La Gran Red,  siguiendo el pulso de mis tiempos.  Sólo espero que algo de aquel Pura Sangre que había en mí sobreviva...
porque no quiero acabar convirtiéndome también en un..  zombie.

Editorial Tequila


Sunday, October 10, 2010

Los Últimos Pura Sangre y la Sociedad 4.0

por Joan Muñoz





Capítulo I.  El nuevo escenario.


En el siglo XX Larry Roberts envió un correo electrónico que supuso el principio del fin de la sociedad tal y como se entendía en aquel momento, matando lo que quedaba de Samuel Morse y sembrando la semilla de un cambio social a nivel mundial en los países conectados, creando un nuevo modelo de sociedad que se conocería como la sociedad 4.0”.


Louis no era nadie. Vivía totalmente desconectada. Ella, cuando nació, sólo fue inscrita con un nombre y dos apellidos en una partida de nacimiento y un libro de familia, y su opción fue continuar así. En la sociedad 4.0 lo común era inscribir a los recién nacidos con su nombre y apellidos y una dirección de correo electrónico, y de la misma forma que en el siglo XX existían papeles escritos que justificaban aquello que existía en la red, en la sociedad 4.0 se invirtió la polaridad y debía existir un registro electrónico que garantizase la veracidad del contenido de un documento impreso. Del mismo modo, los individuos debían registrar su firma digital, protegida por protocolos electrónicos de seguridad basados en criptografía de clave pública. La firma manuscrita no tenía ya validez legal, cualquiera podía imitarla en un papel, pero pocos o nadie podían acceder a la parte privada de la una clave pública generada por un usuario.
Louis nació en el siglo XX, y para ella vivir desconectada era una opción de vida, lo cual le aportaba unos pocos privilegios que no todos los nacidos en la sociedad 4.0. podían permitirse. Pero el coste de esos privilegios, en ocasiones, podía resultar demasiado alto.

La sociedad 4.0. tenía peculiaridades propias de una sociedad puramente tecnológica. Habían desaparecido trabajos que en épocas anteriores eran muy comunes, y sobre todo habían desaparecido aquellos que suponían atención al público mediante presencia de individuos ofreciendo un servicio directo en el que se interactuaba con el usuario o cliente, y en todos los casos Internet formaba parte del cambio. En los bancos existían únicamente terminales conectados a Internet para la gestión de operaciones bancarias, ya que todos los trámites podían realizarse a través de una extranet segura. En los supermercados los puestos de cajero y cajera fueron sustituidos por lectores automatizados y terminales de cobro, aunque lo más común era validar la compra por Internet, pagarla electrónicamente y recibirla en casa. En los restaurantes, las comandas se realizaban directamente a la cocina desde casa a través de Internet previa reserva electrónica de mesa o desde terminales situados en las mesas de los mismos. Los camareros y camareras únicamente servían la comida.
Viajar se convirtió en un proceso que se iniciaba desde casa mediante reserva, pago y firma electrónica, y en los aeropuertos se presentaba un justificante electrónico en terminales que validaban la identidad mediante reconocimiento electrónico. La documentación personal podía llevarse en dispositivos de almacenaje de reducido tamaño y los datos se detectaban automáticamente...
Los entornos sociales de clase media alta conectados no utilizaban nunca dinero en formato papel o moneda. En los entornos conectados de la sociedad 4.0 existían individuos que nunca habían manejado dinero en formato papel o moneda. El dinero existía para ellos a través de Internet. Se había convertido en un concepto puramente electrónico.

A Louis le gustaba salir pronto de casa, desayunar en un bar cercano y de camino al trabajo pasar por un kiosco y pagar el periódico con unas monedas. Lo recordaba con nostalgia, ya que hacía más de un año que no se editaba prensa escrita, los periódicos existían únicamente en Internet. En el año 1999 existían 56.218.000 ordenadores, de los cuales un 60% poseían conexión a Internet a través de 6.598.697 servidores. En la segunda década del siglo XXI dejaron de fabricarse ordenadores que pudieran funcionar sin conexión a Internet, por lo que en pocos años un 100% de los equipos existentes estaban conectados.
En los países desarrollados se alcanzaron cotas próximas al 100% de viviendas y empresas con ordenadores potencialmente conectados. La sociedad se vio forzada a cambiar, a vencer las resistencias de costumbres ancladas en el pasado y a asumir una inercia de la que difícilmente se podría escapar. Se pasó en unas décadas de la sociedad post-industrial en el siglo XX a la sociedad informacional a principios del XXI para dar un salto a un nuevo tipo de sociedad post-informacional, tecnológica, digital y electrónica.
Pero existían riesgos que no se pudieron evaluar que determinaron un vacío de valores. Al igual que existieron sociedades a mediados del siglo XX que actuaron sobre el patrimonio arquitectónico sin respeto, ya que no poseía para ellos en aquel momento valor cultural, la sociedad 4.0. pasó sin darse cuenta por encima de valores esenciales para el equilibrio social y natural.

Los viernes Louis solía acudir a un tipo de local que era muy común desde mediados del siglo XX, pero que durante las dos primeras décadas del siglo XXI perdió aceptación popular. Se les conocía como pubs. Eran lugares en los que se establecían relaciones sociales, se acudía con amigos a escuchar música y beber unas copas. En la sociedad 4.0. estos locales se convirtieron en lugares marginales. Las principales relaciones sociales se establecían a través de Internet, basándose en la teoría de los seis grados de separación, la cual postulaba que cualquiera en el mundo podía estar conectado a cualquier otra persona del planeta a través de una cadena de conocidos de no más de cinco intermediarios, conectando a ambas personas con sólo seis enlaces. En el siglo XX aparecieron las primeras parejas que se conocieron mediante chats y páginas de contactos, y cada vez más las comunidades sociales asumieron esa función, hasta el punto de que conocer a una persona físicamente en un local de copas como el que solía visitar Louis se consideraba un hecho de mal gusto y poca presencia social. Era un residuo del siglo XX. Al igual que a principios del siglo XXI se consideraba que el hecho de ir a cazar animales representaba el lado más irracional y primitivo del individuo, en la sociedad 4.0. conocer gente y buscar pareja fuera de las redes sociales se relacionaba con los mismos instintos. Las redes sociales filtraban y permitían una relación aséptica y selectiva. Era la forma elegante y socialmente aceptada de relacionarse.
A finales del siglo XX se consideraba que una persona vivía conectado a Internet una media de 57 minutos al mes, lo cual suponía casi 12 horas al año. A principios del siglo XXI estas cifras aumentaron exponencialmente y en la sociedad 4.0, debido a la vinculación de un gran número de costumbres y acciones al uso de Internet, sin contar las horas de trabajo, la media era ya de 2 horas al día, lo cual suponía 720 horas al año, el equivalente a vivir uno de los doce meses del año totalmente conectado.
Las redes sociales se establecieron inicialmente como nodos independientes de conexión entre individuos a principios del siglo XXI, pero en la sociedad 4.0 se unificaron creando una única red social en el mundo conectado, por encima de las fronteras geográficas. Existían dos mapas, el geográfico y el social, y no coincidían en absoluto.
A Louis le gustaban las fronteras geográficas, y decidió que eran las únicas fronteras que iba o no a respetar. Se negaba a formar parte de una red social que la valorase por la cantidad de contactos que tuviera dentro de la red, y para ello debía renunciar a muchas cosas. 

En el siglo XX existía la posibilidad de tener correo electrónico sin pertenecer a una red social, pero en la sociedad 4.0 no. El alta estaba vinculada a la gran burbuja social que controlaba la red, y para ello había que estar vinculado a esa gran burbuja. A principios del siglo XXI empezaron a proliferar las redes sociales en Internet, y a partir de éstas se generó una nueva oportunidad de negocio que en pocos años superó en volumen a industrias no vinculadas a la red. Todo el ocio audiovisual se controlaba a través de la red: televisión digital, cine, radio, música… y los perfiles de los usuarios de la red social permitían una oferta selectiva, casi quirúrgica. De esta forma, la asociación y fusión de redes sociales sucedió de forma homóloga a como en el siglo XX se fusionaron algunas plataformas digitales de televisión. Pero con la diferencia de que esta reacción de fusión de redes sociales se realizó a nivel mundial, ya que las fronteras electrónicas eras fácilmente superables. El inglés y el español se consolidaron como lenguas vehiculares masivas a nivel mundial en la red y en la sociedad 4.0.
Para viajar, Louis debía renunciar a utilizar el avión si no quería perder el control sobre sus datos personales. Viajar en avión suponía haber realizado una reserva electrónica, y eso suponía tener un correo electrónico vinculado a unos datos personales en la red. Era una decisión difícil, pero para Louis las ventajas superaban a los inconvenientes. Además, existían otras formas para viajar. A finales del siglo XX, cuando aún no estaba legislado a nivel de países la protección de datos existentes en bases de datos electrónicas, a la gente le molestaba que desde algunas empresas que compraban dichos datos contactasen telefónicamente para venderles algo. 

En la sociedad 4.0, y aunque existía legislación desde principios del siglo XXI que velaba por la protección de dichos datos, ésta legislaba a nivel de países, y la red era global, no entendía de fronteras geográficas. El concepto de venta cambió por completo. La mayoría de la sociedad no se planteaba el nivel de control que sobre ellos se tenía. El simple hecho de comprar un teléfono móvil, que se adquiría en un 90% a través de la red suponía un alta de correo electrónico y datos personales. Pero el negocio en la sociedad 4.0 no era la venta del móvil, sino el control sobre los hábitos del individuo. Los móviles eran rastreables en un 100% de los casos, por lo que si el agente de venta lo negociaba con la red, podía vender al usuario cine o música a través de la red en el terminal móvil o la televisión si detectaba que el mismo permanencía de forma prolongada en casa, o entradas para una función de ópera a través del móvil si lo localizaba de viaje en Verona. El spam era global. Aunque se entendía como ilegal, no existían medios para evitarlo. Una vez que los datos del usuario se vendían a un tercero, el comercio con estos era incontrolable. La única opción era cambiar los datos, pero el nivel de operaciones electrónicas a través de la red era tan importante que las implicaciones del cambio de datos suponía asumir una carga de problemas en ocasiones inasumible. La mayoría de la sociedad poseía un reflejo virtual que daba fe de su existencia física. En la segunda mitad del siglo XX existían individuos que eligieron ser sostenibles, cuando la mayoría de la sociedad no tenía conciencia del deterioro ambiental. En la sociedad 4.0 existían individuos que decidieron que querían vivir al margen del paraguas electrónico de la red. Eran mayores, la mayoría nacidos a finales del siglo XX, eran aquellos a los que se conocía como pura sangres.


Louis era una pura sangre…


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Saturday, October 2, 2010

Yesterday's Meditation

























       
          Fotos:   Mateo de Vallescar
          Ca los Camps

Friday, October 1, 2010